viernes, 15 de abril de 2011

Fábula

Como comenzaría el estimado Yoni Bigud  síntesis del Post: Poco tiempo, gratos recuerdos, fabula, moraleja abierta.

Estoy medio complicado con los tiempos y estos hacen mella en mis neuronas por lo que mis posteos se han hecho mas espaciados y mis lecturas en sus respectivas casas virtuales han acompañado este devenir a menos de mi interrelación con el mundo bloggueril.

Soñé con amigos, viejos amigos, que me trajeron reminiscencias de mi infancia y adolescencia donde la amistad derivaba en compartir y aunque no nos dábamos cuenta forjábamos lazos tan indestructibles como el tiempo. Buenos tiempos.

La vida te lleva, te trae, te levanta y te revuelca, pero los amigos están, aunque los hallamos sepultado con miles de nuevas prioridades, ellos están, por mas trabajo, hijos, distancias o quejas, ellos están, yo estoy.

Recordé una fabula que voy a compartir con Uds, quizás la conozcan, quizás no, pero como se que les gusta leer acá va:

Un gusano y un escarabajo eran amigos y se pasaban charlando largas horas.

El escarabajo era consciente de que su amigo el gusano era muy limitado en movilidad, tenía visión muy restringida y era muy tranquilo y pasivo comparado con los escarabajos.
El gusano, por su parte, era muy consciente de que su amigo el escarabajo venía de otro ambiente, y de que, en comparación con los gusanos de su especie, comía cosas desagradables, era muy acelerado, tenía una imagen grotesca y hablaba con mucha rapidez.
Un día, la compañera del escarabajo le cuestionó a éste su amistad con el gusano, preguntándole cómo era posible que caminara tanto para ir al encuentro de un ser tan inferior, un ser tan limitado en sus movimientos, y por qué seguía siendo amigo de alguien que ni siquiera le devolvía los saludos efusivos que el escarabajo le hacía desde lejos.
Pero el escarabajo era consciente de que, debido a lo limitado de su visión, el gusano muchas veces ni siquiera veía que alguien lo saludaba y, si acaso llegaba a notarlo, no distinguía si era o no el escarabajo, y por ello no contestaba el saludo. Sin embargo, el escarabajo calló para no discutir con su compañera.
Fue tanta la insistencia de la escarabaja y tantos sus argumentos cuestionando la amistad que su compañero mantenía con el gusano que el escarabajo decidió poner a prueba esa amistad alejándose del gusano para esperar a que éste lo buscara.
Pasó el tiempo, y un día llegó la noticia de que el gusano estaba muriendo, pues su organismo se había resentido por los esfuerzos que cada día hacía para ir a ver a su amigo el escarabajo y, como no lo conseguía durante toda una jornada diurna, el gusano tenía que volver sobre sus pasos para pasar la noche en el refugio de su propia casa.
Al saber esto, el escarabajo, sin preguntar a su compañera, decidió ir a ver al gusano.
En el camino se cruzó con varios insectos que le contaron de las diarias e infructuosas peripecias del gusano para ir a ver a su amigo el escarabajo y averiguar qué le había pasado. Le contaron de cómo se exponía día a día para ir a buscarlo, pasando cerca del nido de los pájaros. De cómo sobrevivió al ataque de las hormigas y así sucesivamente.
Llegó el escarabajo hasta el árbol donde yacía el gusano esperando ya el momento final. Y al verlo a su lado, el gusano, apenas con un hilo de vida, le dijo al escarabajo cuánto le alegraba ver que se encontrara bien. Sonrió por última vez y se despidió de su amigo sabiendo que nada malo le había pasado a éste.
El escarabajo sintió vergüenza por haber permitido que las opiniones de otros minaran su amistad con el gusano y sintió dolor por haber perdido las muchas horas de regocijo que las conversaciones con su amigo le proporcionaban y, sobre todo, por haberle puesto en una situación que le causó la muerte.
Al final entendió que el gusano, siendo tan diferente, tan limitado y tan distinto de lo que él era, era su amigo, a quien respetaba y quería porque, a pesar de pertenecer a otra especie, le había ofrecido su amistad. Y así aprendió varias lecciones ese día.


La moraleja queda en poder de cada uno, buen finde para todos.

martes, 5 de abril de 2011

Apareciste

 
Hasta que apareciste
el eco de tu ausencia gobernaba mi alcoba
t mi cama acusaba la falta de un perfume que no existe
busque tu nombre escondido en alfabetos indescifrables
pero la oscuridad me recordó el vació de frías noches amables.

Hasta que apareciste
busque tu sombra en cada canción
y tu luz en cada ilusión
busque tus ojos en el fondo del océano
y tu sonrisa en el brillo de la mañana y en las noches de ébano.

Hasta que apareciste
mi brújula busco un norte
cuando al amor no sabe de horizontes,
errante viaje por cuerpos, me enrede en cabellos
de mil y una noches fui consorte .

Hasta que apareciste
hasta que me di cuenta que siempre has existido
que el vació lo tenía en mi alma cavilante
que mi corazón necesitaba dejar de buscar
para comenzar a encontrar …
Si ... a encontrarte.