martes, 30 de agosto de 2011

Dos hombres desesperados

 
Dos hombres desesperados.
Una habitación vacía.
Una mesa pequeña.
Dos sillas.
Una botella de vodka barato.

Dos hombres desesperados.
Dos destinos.
Un revolver.
Una bala.
Una mujer.

Dos hombres desesperados.
Dos miradas perdidas.
Una sola salida.
Una hora señalada.
Un momento esperado.

Dos hombres desesperados.
Un revolver.
Una bala.
Una mujer.
Un disparo.

Un cuerpo en el piso.
Una botella de vodka barato.
Una mujer.
Dos tragos apurados.
Dos hombres aliviados.

jueves, 18 de agosto de 2011

Una y otra vez

 
Veo tu contorno en la oscuridad de la noche
que cómplice y testigo me lleva a recorrerte,
palmas y dedos sienten la frescura de tus muslos,
la tersura de tus labios, la turgencia de tu geografía.
Mis labios arden abusando de tu frescura
hasta chocar contra el volcán que alberga tu simiente.
Me alzo de nuevo y furtivo, arrebato sueños en la ventana de tus ojos
para descansar suavemente entre tus labios
y beber el agua que derrama tu mirada.
Un ecuador de sentimientos divide la verdad de nuestros sueños
esos que alados y libres buscan el horizonte del nuca jamás
hundidos en un torrente de deseos, te veo de nuevo y vuelvo a empezar.

martes, 16 de agosto de 2011

El juicio

Mi estadía en el Cairo había sido un desastre, viajé allí con la firme idea de profundizar en el estudio de la mitología Egipcia, pero me había gastado hasta el último peso y me había rodeado de malas juntas. Hacía días que no comía decentemente, deseperado por volver, recurrí a un personaje del bajo mundo apodado "el Gato", me habló de un trabajo “fácil”, aunque nada es fácil cuando jamás lo hiciste, nos juntamos en la pensión, me acercó el revolver y la dirección, el dato vino de su mujer que había trabajado en esa casa y se había hecho con una copia de las llaves necesarias.
El Gato dijo :
.- Es fácil, son dos viejitos que casi ni se mueven, con esta llave entras calladito, vas al comedor, detrás de la foto de los viejos esta la caja, acá hay otra llave que la abre, trae todo lo que tengan, no vas a tener problema, después nos juntamos en lo del Piri y arreglamos el tema de los pasajes para que te vuelvas tranquilito a tu casa.
Escuché atentamente aunque mi cabeza tenía miles de cosas sin resolver y el corazón parecía que se iba a escapar de mi pecho, cuando  me quedé solo, la desesperación me estaba acribillando, me tumbe sobre el colchón con una botella de whisky barato, tomé casi con alevosía, tratando de relajarme y acallar mi conciencia.
Me quede dormido.
Cuando desperté era de noche, salí eyectado de la cama, agarre las cosas y sin pensar demasiado ya estaba entrando en la casa revolver en mano, hice como me dijeron , fui al comedor, desprendí el cuadro y abrí muy despacio la caja empotrada en la pared, no podía creer lo que estaba viendo, había solo una estatuilla de yeso con la imagen de Osiris, nada más, ni dinero, ni joyas, nada!
Un ruido detrás de mí me saco de mi estupor me di vuelta e instintivamente jale el gatillo, el pobre viejo cayo como una bolsa de papas y su mujer apenas caminando se tiró sobre él gritando y llorando, agarré la estatuilla y salí a toda carrera tratando de no pensar, de no mirar hacia atrás.
Un golpe seco me detuvo y caí metros mas adelante debido al impacto del coche en mi cintura.
Todo se puso negro.
Mis ojos se abrieron lentamente y me encontré sobre una barca ,detrás de mí estaba Maahaf quien recitaba mi nombre en la entrada de la Duat, entedí que este era mi final, frente mío estaba Osiris sopesando mi corazón ,no pude con la balanza y el veredicto fue rápido, la bestia se abrió paso y con sus fauces de cocodrilo engulló mi cuerpo entero.
Desperté, bañado en transpiración y whisky, salí eyectado de la cama, agarré las cosas y sin pensar demasiado ya estaba entrando en la comisaría para entregar el revolver, que según dije, había encontrado en la calle.
Sigo en el Cairo, trabajo en lo que puedo, pero ya no estoy tan lejos de los pasajes que me hagan volver a casa.

viernes, 12 de agosto de 2011

Reflejo


Cuando el calor de tus  besos
se perdió en la nada
mi aliento se congeló
bajo el hielo eterno de tu mirada.

Volviste entre llantos y quimeras
buscando en el recuerdo tu asilo
atine simplemente a escucharte
pero fue más fuerte tu olvido.

No podía darme el lujo
de sucumbir ante tu juego
piedra fue mi corazón
frío y seco, ya sin fuego.

Lograste matarme en vida
Con tu rechazo, con tus celos
Puedes estar orgullosa
en mi ves tu vivo reflejo.

De golpe la puerta estrello
sepultando así mi pasado
mi corazón por fin aliviado
de un plumazo …
de un plumazo te ha borrado.