martes, 20 de noviembre de 2012

Allá a lo lejos


- Hijooooo hace calor!!! por que no entras y dormis la siesta...

A quien le importa la siesta, cuando en la colonia la gran arboleda me regala ese perfume a tierra húmeda, a escondite de verano, a jardín escondido.
Juego a cualquier cosa, una ramita, una lombriz, las piñas caídas de aquel gigantesco pino, todo es válido en mi reino de fantasía, todo es bueno para disfrutar.
El aire caliente se vuelve brisa bajo lo árboles y me regala su caricia en mi cara.
A quien le importa la siesta.

- Hijoooooo ponete una gorra aunque mas no sea, te va a hacer mal tanto sol!!!

Como me puede hacer mal el sol? si tengo todo este bosque que me cuida.

- Maaaaa estoy bien!!!
- Vení a tomar la leche y después seguís
- Uffff voy ma!

Una bocina estridente corta la brisa caliente que cachetea mi cara volviéndome a la realidad, el semáforo está en verde y la gente está impaciente, nadie quiere llegar tarde al trabajo; el calor a esta hora de la mañana, presagia un día donde habrá que tener un poco de imaginación y mucha paciencia para soportar el cemento y el humo de la gran urbe.

Allá a lo lejos, quedó la infancia en la colonia de vacaciones,
allá a lo lejos quedo aquel niño que se niega a desaparecer del todo,
allá a lo lejos.