Busco en las noches de mi pensamiento como sería, como debería ser
Me imagino un gran terreno de verde alfombra donde los perros corran a sus anchas entre sauces y jasmines .
En el medio, una casa pequeña, lo suficientemente pequeña como para que no se escape el calor en invierno y el sol llene cada espacio en verano, no me gustan las casas grandes y frías donde el eco juega en ambientes poco visitados.
Mi nueva casa es de paredes blancas, techos de teja roja y arcos que sostienen una gran galeria que la rodea por completo.
Tiene un hogar de leña donde acurrucarse entre frazadas y caricias en invierno y una gran mesa de algarrobo que cobija mi familia los domingos en secreto.
Mi nueva casa es simple, sencilla pero tiene todo el amor que tengo.
Me despierto, acomodo mis viejos cartones que cubren mi cuerpo, acaricio el lomo de mi perro acercándolo a mi para que me de calor y para que no se moje en esta fria noche de invierno.
Mi nueva casa reside en mis sueños...
5 comentarios:
Si supiera cómo, acá escribiría un suspiro...
¿Qué seríamos sin los sueños? En un mundo que nos pide movernos por objetivos, medibles y realistas, yo prefiero pensar en los sueños, locos o inalcanzables, pero llenos de amor, la única fuerza capaz de hacernos caminar.
Me gustó mucho el cuento, y me emocionó.
Un beso.
A veces no hay que volar tanto, tambien es bueno caminar en la tierra y ver lo que tenemos al lado.
A mi me gusta soñar junto a mi familia me hace sentir que los sueños puede llegar a ser metas alcanzables o no.
Gracias por leer.
Que melancolìa, flaco.
Los vagabundos quedan en un estupor sombrìo, a veces.
Mi madre decìa que pensaban "cuando se les fue el porvenir".
Saludos
Es cierto Gaucho, sera el dia gris que impulsa la melancolia, pero a veces los vagabundos la tienen mucho mas clara que cualquiera.
Yo conoci uno que me dio catedra en un par de frases.
snif! me emocioné. Lindo cuento. slds.
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