viernes, 15 de octubre de 2010

Bar "El Pampa"

El bar del Pampa era si se quiere un tugurio color sepia, con muebles desvencijados y un mostrador que bien podría haber venido en la carabela junto a Cristóbal Colón, anunciaba tener un pool, aunque ya nadie iba a jugar por la ficha como era costumbre, pero tenía algo que siempre me atrajo, un no se que, algo,  no puedo explicarles, pero internamente sabía que una parte de mi había ahi dentro, mi viejo solía decirme:
- Cuando tengas edad, te voy a llevar a tomar un tinto a lo del Pampa.
Para mi desgracia el viejo no llegó a cumplir su promesa.

Era medio día, el calor pegaba como cachetazo de madre y me agarró llegando del centro después de toda una mañana plagada de trámites, no sobreviviría para llegar a mi casa y poder calmar mi sed así que entré de una y sin pensarlo.
Un gringo enorme como ropero de abuela me miraba mientras limpiaba continuamente el mismo vaso todo el tiempo, llegar hasta el mostrador me pareció una eternidad, la mirada del gringo no bajaba ni un ápice y la de los otros que estaban en la única mesa ocupada, tampoco, el silencio fue instantáneo y eso me puso aún más nervioso.
- Buen diiiiia – dije tratando de ser cordial ; un sonido gutural salio de los labios del gringo, de apariencia tosca se asemejaba mas un carnicero que a un moso. Por lo bajo escuche a uno de la mesa que decía algo entre dientes, pero opte por no prenderme.
- Tendrá algo bien frío para calmar un poco este calor ?, el Gringo se encogió de hombros y mirando a los de la mesa , esperó la aprobación de los presentes. Casi de inmediato y como si me hubieran estado esperando uno me dijo:
- Pibe, tenés mas de 18 no ? – Era un hombre de unos 75 años muy arrugado,de piel roja como el vino que estaba tomando, me pareció una broma ya que mis almanaques se acercaban más a los 30 que a los 20.
- Si señor, hace ya varios años que dejé de tener 18.
- Vení, sentate te voy a contar algo; Pampa traele una rubia bien helada al muchacho, vamos a hacerle caso al Pelado que aunque no esté su frase cae justa “todo tiene una razón de ser”.
Dos palmadas en el hombro fueron mi pasaporte a la mesa, que bien podría haber sido “La mesa de los galanes” del bar El Cairo, si no fuera por que este bar estaba en mi barrio, a cuadras de mi casa y ninguno de los de la mesa se parecía a Fontanarrosa.
El gringo escurrió una sonrisa, abrió una cerveza la dejó sobre la mesa y sin decir una palabra volvió a su vaso, para seguir sacándole brillo.

19 comentarios:

El Gaucho Santillán dijo...

Esos bares de Barrio!

el mìo, se llamana "El Mariscal".

Cuantos recuerdos.

Buen relato, Flaco.

Un abrazo.

Agustín Molina dijo...

Bien dicho, Flaco!
Te vi entrando, estirando la "i" del buen día. Escuché el sonido gutural del mozo. Sentí el olor rancio de la bebida que se cayó al suelo.
Ese lugar ameritaba un fernando, más que una cerveza... pero por algo se empieza!
Ahora, a escuchar a los viejos borrachines, que siempre tienen cosas para contarnos (quizás hasta se juegue al cabrero en ese lugar)

su dijo...

Me has dejado con ganas de más Flaco.
Abrazos.

Yoni Bigud dijo...

Cómo me atraen esos bares tan peculiares. Excelentes sus descripciones, muy bueno lo suyo.

Un saludo.

noah dijo...

Que buen relato, con aroma de nostalgia, pero dulce.

Felicidades

Noah

Steki dijo...

Qué lindo relato, Flaco. Te fui imaginando...
Beso y feliz finde!

Juan Carlos dijo...

Puedo jurar que conozco ese bar y no mentiría. Su relato me llevó a ese tugurio color sepia, donde todo huele a viejo, donde no importa lo que pase afuera porque adentro es un universo distinto. Usted me llevó a ese bar que nació añejo, porque su pluma lo decidió así.

¡Saludo una vez más, a su arte y capacidad!

A.R.N. dijo...

siempre me gustaron estos lugares para usarlos de guarida, besitos

Minombresabeahierba dijo...

Buen debut Flaco!

Estoy seguro que brindó por su padre ese primer día!

Abrazo

Jazmin dijo...

Me hizo acordar a ♪...y el chiquilín te miraba de afuera...♪

Yo, que nací en pueblo y entré y salí de otros pueblos, conozco los olores de lo que pinta.

No iba a bares, pero a los viejos se les hace perfume de la piel, el olor del bar de los amigos.
Siempre pensé que en una mesa de esas habría tanta sabiduría como en la biblioteca de Alejandría, mire.

Me encantó su pintura.

ElFlaco dijo...

Gaucho: Lastima que ya casi no queden en los barrios de cordoba estos bares aunque cerca del mercado norte todavia ha unos cuantos donde se puede tomar un tinto en el mostrador.
Abrazo.

Agustin: Si ameritaba un fernando pero en esa epoca el fernet en los bares se tomaba puro y solo una medida, al menos asi lo solía tomar mi viejo, seguramente vendran algunas de esas conversaciones, espero.
Abrazo.

Su: Hay mas Su, falta que mi cabeza remueva algunas telarañas entre los recuerdos.
Cariños.

Yoni. Vio que tienen ese no se que, que nos da un que se yo.
Saludos.

Noah: Con aroma de nostalgia con sabor a buenos recuerdos.
Cariños.

Steki: Gracias y feliz día para el Domingo!!!

Juan Carlos: Ud es un nostalgico como yo me alegra haberlo llevado a ese tiempo, y quien le dice por ahi nos hemos cruzado en algun partido de pool.
Abrazo

A.R.N.: Son guaridas, donde se resguardan recuerdos y se transmiten a las nuevas generaciones, pero me apena que antes escuchabamos ahora ya casi no les interesa, pero yo tambien lo usaba de guarida.
Cariños.

Hierba: La verdad me gustaría tenerlo al viejo para poder tomarnos ese tinto que el tiempo nos negó, pero que no le quepa duda que brindo cada tanto por el.
Abrazo.

Jasmin: Te puedo dar fe que hay mucha sabiduría solo había que saber escuchar. gracias y saludos.

oliva dijo...

Me quedé con la sensación de Su y ya he leido tu respuesta... esperaremos la continuación.

Realmente es un placer leerte, recrearse en la entrada del bar, en las personas que allí estaban, en su apariencia, la cara del hombre mayor, el mozo-Gringo... tus palabras se ven.

saludos.

Etienne dijo...

El bar de barrio tiene esa magia inmensa, ese aroma típico de folclore popular (y no me refiero a la música), de cosas añejas y valiosas, de mesas cuadradas y sillas de madera.
Esperamos con ansias de sabiduría la continuación de la anécdota!!

Volveré!

Abrazos!!

Rochies dijo...

amo los bares viejos, llenos de historia. ¿Aun existe?
casi casi pense q terminaba como Dahlmann en el sur de Borges.

ElFlaco dijo...

Lemaki: Gracias por tu comentario, me gusta saber que los pequeños detalles suman, por que en definitiva son los que han quedado en mi memoria.
Cariños

Etienne: Vuelva vuelva!! está siempre la puerta abierta esperándolo.
Abrazo

Rochitas: Por desgracia ya no existe ni ese ni muchos bares de barrio, en la docta, el progreso y los viejos bares no fueron de la mano, una perdida lamentable por cierto.
Cariños.

Anónimo dijo...

qué lindo! de verdad me gustó mucho, no sé si será que no escatimó detalles en la descripción (usted sabe que eso me puede) o la frescura del relato, pero le aseguro que me encantó!!

besos

Duna dijo...

Flaco, no tienes que pedir perdón, pues la ausencia y locura ha sido por ambas partes, pero ya estamos aquí...
Mil gracias por tu poema en mi poema, ¡¡ me ha encantado!!
Te mando muchos besos desde esos recuerdos que quedan tan llenos de nostalgias.
Besos amigo. Gracias.
Besos a Clau

Epístola Gutierrez dijo...

Y... 18!

Epístola Gutierrez dijo...

Ahora sí, te digo que este relato me ha encantado. Me gusta muchísimo tu modo de describir los detalles, de transmitir todo con imágenes. Emociona, mucho.
Besitos.