martes, 29 de septiembre de 2009

La iniciación


Sabía que las fiestas que organizaba Mariano en su casa quinta eran descomunales pero nunca imagine que fuera para tanto.
Nos conocimos hace unos meses, justo antes que Alejandra me abandonara, en la agencia de publicidad, el era el típico ganador, con ideas brillantes y con muchísimo dinero, siempre me pregunte por que iba a trabajar si no lo necesitaba, supongo que la envidia me superaba.
Se codeaba con lo mas alto de la sociedad, pero podías verlo una noche tomando vino en caja en alguna esquina abandonada, donde solo los linyeras se juntan a pasar la noche.
Mariano tenia carisma, una sonrisa que invitaba al dialogo en fin era todo lo que yo no era
Un día me dijo, “Negro, venite a casa estoy organizando una festichola a lo grande con un grupo de amigos y amigas …. Selectos.... vos me entendes , no podes decirme que no! “.
Por supuesto que tenía que ir, era el pasaporte a las grandes ligas y no podía dejar pasar esa oportunidad.
La casa era enorme, un parque gigantesco la rodeaba por completo, no se veía ninguna otra edificación cercana, se podía decir que era la casa perfecta para las perfectas fiestas de Mariano.
Ni bien llegue salió a recibirme y tratándome como si fuéramos hermanos me presento al resto:

.- Gente! les presento a un nuevo integrante de la troupe, el es Antonio,

Todos sonrieron, algunos se acercaron a tenderme una mano y algunas a brindarme un beso de bienvenida. Hubiera matado por ir y ahora me sentía un completo idiota sin saber que hacer o con quien conversar, de repente una rubia altísima, finísima en todo su ser, enfundada en un vestido negro que remarcaba sus curvas y sus largas piernas, hizo las veces de anfitriona, me llevo a recorrer la casa y me preparo para lo que vendría.
Largamos temprano, el vino espumante parecía brotar de las paredes , pero lo mas grave fueron esas rondas con tequila las que terminaron por minar mi estabilidad, después alguien repartió unos porros, a los que casi digo que no, si no hubiera sido ella quien que me los ofreció, me supongo que eran para aliviar el alcohol del tequila que había adormecido toda mi boca, bailamos corrimos, cerca de la pileta alguien me empujo, todo se torno borroso, recuerdo gente bailando en el agua, música fuerte, cuerpos desnudos, un frenesí de alcohol y ritmo, el ron en todas sus formas y sabores.
La dejé casi dormida sobre el sillón del living, buscando el baño entré en uno de los dormitorios donde había mucha gente, vi un sillón vacío y me zambullí en el, estaba mojado de pies a cabeza, todo daba vueltas estaba tan acalorado que instintivamente arremangué mi camisa, recuerdo haber tirado mi cabeza hacia atrás, de repente alguien se sentó sobre mi, era ella, no me dejó reaccionar y comenzó a besarme, mordiendo, comiendo mi boca, jugando, dominando. Un sabor dulzón recorrió mi paladar y un par de pequeñas pastillas cayeron por mi garganta, su cuerpo acariciando el mío, sus manos , su perfume…… me deje llevar.
Me tomó el brazo, apretándolo con fuerza, trate de dilucidar que tenia en mente pero sonriendo volvió a inclinar mi cabeza hacia atrás, después un calor intenso subió por mi brazo, mis venas hervían y sentí elevarme por sobre mi cuerpo, fue una sensación increíble, verme flotar, caminar si apoyar mis pies en el suelo, el calor me sofocaba, me dirigí a la ventana del primer piso, desde arriba podía ver a todos jugando en la pileta, riendo como niños, me atraía la idea de saltar, balanceando mi cuerpo, solté mis manos y me deje caer, la caída duro una eternidad, todo daba vueltas los rostros alegres se distorsionaban, las risas se trasformaron en muecas horribles, me agarraban, me asfixiaban, me desgarraban la piel, eran salvajes bestias enceguecidas , no podía moverme, no podía gritar, mis carnes en sus bocas, mi sangre en sus cuerpos y esa sensación de flotabilidad que todavía me embargaba, no dejaba de ser placentera. De repente, como si la cinta de una vieja película se rebobinara volví al sillón, sacudí mi cabeza y fue en ese momento en que descubrí en mi brazo una delgada línea de sangre y una jeringa clavada en mis venas, me dio otro beso y apoyo todo su cuerpo junto al mío diciéndome al oído:

.-Bienvenido ….

Realmente las fiestas que organizaba Mariano eran descomunales, pero nunca pensé que tanto.

4 comentarios:

laura dijo...

a la miérc...esas festicholas no sólo eran descomunales sino que pegaban bien fuerte, che

demasiado fuerte para mi gusto, en fin..siguió invitando Mariano?

El Gaucho Santillán dijo...

Si despuès se apagaba la luz, y se sacaban la ropa, y era todos contra cualquiera y a rebate, y traseros contra la pared, y todo eso............Entonces Mariano, ES MI AMIGO!!!

Muy bien escrito.

El gato vagabundo dijo...

Uh... me hiciste acordar unos cumpleaños en Rosario...

Algún día escribiré sobre ello.

ElFlaco dijo...

Laura me imagino que si, por que al negro Antonio ahora se lo ve re-chocho vé.

Gaucho Si Mariano es su amigo por las dudas no se arremangue la camisa, mas vale una rubia menos pero el brazo sano.

Gato Ud siempre al top top si asi son los cumpleaños en Rosario habra que pensar dos veces al pasar por la autopista.
Escriba, escriba ud que tambien es de esos grupos selectos.