lunes, 26 de octubre de 2009

Carta Nº 15


Querida hija:
        Te escribo estas líneas, por que es mi mayor deseo estar allí,  con vos, en este día tan especial. Se que no se puede, se que es mi culpa que estemos separados, me es imposible cambiar las cosas y esa es mi mayor condena, saber que debí pensar en vos y no segarme con el odio y la venganza es mi tortura.

Esa tarde después del trabajo, me demoré unos minutos de mas para terminar ese informe que tanto me había costado. Cansado del trajín, retome el rumbo a casa, algo molesto por el contratiempo pero contento por saber que vos y a tu mamá estaban esperándome.

Encontré la puerta abierta y algunas cosas rotas en el piso, mi corazón bombeó toda la sangre de golpe y salí disparado hacia tu cuarto, te busque instintivamente en la cuna, estabas dormida, sana, ajena, corrí en busca de tu madre, pero…. no llegue a tiempo, abrase su cuerpo buscando su aliento, sus latidos, pero era tarde, la locura se apoderó de mi,  no podía pensar en nada, como un loco hurgue el ropero en busca del revolver del abuelo, salte los vidrios destrozados de la puerta del patio y pude ver la figura de aquel que nos había arrebatado la vida de tu madre, te juro hija que no pude pensar en otra cosa, el odio me segó por completo, ese odio llenó mis venas y me dio las fuerzas para correr, saltar la pared y  alcanzar al maldito cobarde que nos quitó la vida de tu madre.

Lo tuve en mis manos, lo miré directamente a los ojos, quería que viera la locura en los míos, no podía parar de pegarle, no me bastaba verle la cara destrozada, mis manos insensibles al dolor descargaban mi desesperación, apoye el revolver en su cabeza y una tras otra la balas vengaban mi perdida, recuerdo sentir la adrenalina y el placer que me daba limpiarme la sangre en mis manos, recuerdo que reí.
De repente la imagen de tu madre en el suelo volvió a mi cabeza, me dejé caer y el desconsuelo se apoderó de mi corazón y lloré como nunca lo había hecho.
Después vinieron las sirenas, el proceso, el castigo.

Hoy cumples 15 años, no podré estar ahí para abrazarte ni darte tu regalo, pero quiero en estas líneas dejarte un poquito del todo el amor que te tengo.
Se que no pude estar cuando me necesitaste, que han pasado todos estos años siendo un padre ausente, nunca tuviste mi abrazo, nunca te conté un cuento al dormir ni te felicite cuando pasaste de grado.
Podría haberte acompañado a comprar el vestido, poner cara de malo al verte con algo escotado o demasiado corto, montar guardia para que ese “fulanito” no se pase de vivo, esperar ansioso el momento del vals y rogar a Dios no pisarte mas de 10 veces.

Te pido perdón hija por no haber pensado en vos, por mi egoísmo, por mi odio, por que aposté a la muerte en lugar de cuidar la vida. Debería estar a tu lado y no entre rejas, por todo eso te pido perdón.

Miro las estrellas y te imagino con tu vestido de noche, toda una mujer y me duele.

Hoy cumples 15 años, no podré estar ahí para abrazarte ….

6 comentarios:

El Gaucho Santillán dijo...

Te das cuenta? Te arruinan la vida, y te tenès que quedar en el molde.

Como se arregla esa injusticia? No estoy de acuerdo con la justicia por mano propia. Pero tiene que haber justicia. Alguna.

Saludos

ElFlaco dijo...

Estimado Gaucho el lema que se ha impuesto a lo largo del tiempo es "Las leyes estan hechas para romperlas" a lo que los abogados encontraron un colorario " Si no se rompen al menos se pueden torcer lo suficiente".

Me identifico totalmente con el personaje y con su ambivalencia, si algo les pasara a cualqueira de mis hijos o a mi mujer, dudo poder mantener la objetividad suficiente como para permitirle a la justicia manejar los tiempos, pero me odiaria si tuviera que ver pasar los años de los que amo sin ser parte de ellos.

Todo un tema no ?

El gato vagabundo dijo...

No tengo palabras... porque esa carta podría escribirla yo perfectamente...

ElFlaco dijo...

Desgraciadamente Gato es por que nadie esta exento y somos animales de sangre caliente.

Rocío dijo...

Snif :(

ElFlaco dijo...

Rocio gracias por leer.
Las carilinas estan al final del pasillo.